viernes, 5 de marzo de 2010

Historia Real II


Nunca pude olvidarme de Javier, como tampoco de la vez que lo conocí.

Siempre sentí que era la persona mas triste del mundo.

Debe haber habido algo en su mirada mustia que me hipnotizo, porque desde la primera vez nunca pude dejar de mirarlo.Yo tenia 20, el tenía 26.

Nunca me importo hacer lo que fuera para verlo sonreír, adoraba el arco perfecto de sus dientes, la manera en que su rostro cobraba vida cada vez que lo hacia reír.

Salíamos juntos a secuestrar la noche, caminabamos larguisimas distancias solo para poder hablar y reírnos de todo.Yo siempre iba tomada de su brazo, y en la postal de la penumbra irradiábamos luz.Íbamos de bar en bar.

Improvisábamos balcones en las veredas para admirar la luna y buscar la excusa que nos hiciera quedarnos juntos un poco mas.Hasta robé un porta velas que le gustó, solo para hacerlo feliz, que después usamos en su cuarto.

Dormimos en su cama muchas veces, aunque la primera vez no hicimos el amor.

Antes de la piel primero estuvo la magia, las velas, mis manos en las suyas, los besos.

Recuerdo que Javier trajo su oscuro bagaje de música a mi vida para terminar de consumar nuestro pacto. Para sostener una pasión que después se mojo de lágrimas.

Cada vez que la memoria me lo trae de nuevo vuelvo a culparlo de todo.

Aunque aquello duro muy poco, yo lo ame y lo hice por mucho tiempo.

Recuerdo después de el haberme ahogado en cuerpos extraños buscándolo, recuerdo haberme castigado por amarlo de aquella insana manera, abandonandome a la suerte de los labios que la noche me pusiera de turno.

Después de el vinieron otros que ni recuerdo, que ya perdí la cuenta. Pero eran ellos los que formaban el cuchillo que yo use para lastimarme por no dejar de quererlo.Por no saber olvidarlo. Por querer armar su collage con cada trozo de ellos.

Después vinieron los años.

Recuerdo cuanto ame a Javier.

Recuerdo la ultima vez que lo vi, su abrazo, su temblor detrás del saludo, aquellos ojos tan negros.

Recuerdo que nunca pude definir la sensación de aquel encuentro

Recuerdo que aquella noche no estaba solo..

Aquella noche recordé, porque no era mi mano la que tomaba fuerte a Javier, mientras lo veía alejarse.

Aquella noche recordé que Javier tenia mujer.

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