No dejo de buscarte
porque ha sido ésta
la única obsesión
que me enseñaste.
Deseperada.
Sin importarme.
Te busco descaradamente.
Y te encuentro
en la nada que te encubre
y te disfraza
de miseria latente.
No dejo de intentar.
En alguno de
los fracasos,
de mis absurdas vidas,
lo voy a lograr.
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