jueves, 4 de septiembre de 2008

No sé


A una mano
la encontré
en la caída de las casualidades
y la otra sin querer
fue rodando
cuando sin verla la empujé.

Ahora lo que no sé
es cómo su cuerpo bajo mis sábanas
pudo aparecer.

L.

1 comentario:

dijo...

aveces el subconsciente nos juega malas pasadas...
muy bueno!
besos