Juan era justamente eso que nunca quisiera ser.Todos sabíamos cual es la tijera que corta moldes de ese tipo, de esos de los que salen todos los Juan, y entonces tomabamos su acercamiento con disimulada desconfianza.
En todos los ambitos hay uno de ellos, uno que se mufa del mundo y se cree con derecho a criticar a todos y cada uno de los que lo rodean; escondido tras unos anteojos , verdaderas lupas, y ceño fruncido festejando para si sus malas bromas.Era siempre "cercano" del que estaba más arriba de él y ante la menor oportunidad si podía imploraba decentemente ser su amigo, sin saber que en realidad lo adoptaban como un patetico bufon.Luego a la mano derecha del poderoso se creía insuperable,y tan falto de espiritu el pobre, era felíz con sólo el cargo que le diera la oportunidad de poner a fregar a todos quienes fueran sus subditos.Era un verdadero estropajo usado por las autoridades pero a él no le importaba, y si se lo hacías saber su odio lo hacía más cruel por dejar desnuda su poca integridad.
Los otros días ví a Juan.Su cara seria de ceño fruncido y su boca recta me indicaron que nada ha cambiado en él.
Sigue siendo el mismo constipado de siempre.
L.
1 comentario:
Hay tantos Juanes en la vida.
Pero por suerte también estamos los demás!!!
besotes!
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