domingo, 31 de agosto de 2008

Mal


Juan era justamente eso que nunca quisiera ser.Todos sabíamos cual es la tijera que corta moldes de ese tipo, de esos de los que salen todos los Juan, y entonces tomabamos su acercamiento con disimulada desconfianza.

En todos los ambitos hay uno de ellos, uno que se mufa del mundo y se cree con derecho a criticar a todos y cada uno de los que lo rodean; escondido tras unos anteojos , verdaderas lupas, y ceño fruncido festejando para si sus malas bromas.Era siempre "cercano" del que estaba más arriba de él y ante la menor oportunidad si podía imploraba decentemente ser su amigo, sin saber que en realidad lo adoptaban como un patetico bufon.Luego a la mano derecha del poderoso se creía insuperable,y tan falto de espiritu el pobre, era felíz con sólo el cargo que le diera la oportunidad de poner a fregar a todos quienes fueran sus subditos.Era un verdadero estropajo usado por las autoridades pero a él no le importaba, y si se lo hacías saber su odio lo hacía más cruel por dejar desnuda su poca integridad.

Los otros días ví a Juan.Su cara seria de ceño fruncido y su boca recta me indicaron que nada ha cambiado en él.

Sigue siendo el mismo constipado de siempre.

L.

1 comentario:

dijo...

Hay tantos Juanes en la vida.
Pero por suerte también estamos los demás!!!
besotes!