Viniste a mi,
yo que ya a nadie esperaba,
y me permití soñarme el elixir
el que tus labios heridos buscaban.
Dijiste poesía sin decir
y mi corazón en tu mar se agitaba.
Después te oí gemir
y tu locura me envolvió sin calma.
Hoy te veo,
vos me ves.
( Vos no sabes nada )
Yo ya sé lo que está por venir,
un tren desenfrenado que sale del alma.
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