miércoles, 20 de febrero de 2013

Contraste



Como queriendo convencerme de tu existencia
medí mi mano con la tuya,
en un acto reflejo y con nuestras palmas buscándose
tus dedos acariciaron los míos,
y pude ver en tus ojos, oscuros y brillantes,
que comulgábamos una complicidad del mismo contraste.
Entonces salimos del bar
midiéndonos hombro con hombro,
mientras yo me colgué de tu brazo
para descansar de mi frágil encantamiento

y desde abajo poderte observar.
Hablé, reíste mucho,
la luz de la luna contorneaba en tu boca
una carrera loca de silencios, sonrisas y palabras.
Caminamos cuadras, años,
otoños fueron y vinieron en la corta distancia
que hubo de nuestro sexo a la cama.
Y eterno fue el amor en la frontera
de nuestras pieles desnudas
que se buscaron ansiosas, 

por noches enteras, mares y lunas.
Yo te amé, vos lo intentaste.
Fuimos reales, perfectos y amantes.
Hoy somos esa canción que extraño y que duele,
un puente directo al recuerdo de un bello paisaje.

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