Se supone que las chicas buenas no decimos sexo,
no tenemos sexo,
no miramos películas de sexo
y mucho menos tocamos nuestro propio sexo.
Las chicas buenas solo podemos hablar de amor,
hacer el amor,
y dedicarle la vida entera a un sueño perfecto
almidonado de rosa.
Nunca fui una chica buena
Y mucho menos sé del amor.
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