jueves, 12 de noviembre de 2009

En el bar


No sé porque te espero
miles de noches se impregnan en mi cara;
cuento margaritas, lleno ceniceros
busco arrugas en el techo de mi casa.
No sé porque lo hago
estoy decidida a no revocarme;
canto y desafino, escucho canciones incompletas
y apilo revistas que no me interesan.
Y te espero.
Tengo un espejito retrovisor por el que espío
para que tus manos no me sorprendan,
y para tener el mejor palco
que descubra tu fantasmal sonrisa.


Eternidad,seguimos solas
te acompaño a la mesa.

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