Improviso

La tarde traía brisa caliente escondida entre las nubes, mire hacia el cielo, y quise arrastrarme tras su perfume.Mi falda danzo al ritmo bipolar de la ciudad mientras camine hacia la conocida postal de tu casa.
Nunca dijiste que me esperabas, pero lo supe.Nunca decías demasiado, pero siempre lo entendí.Esperabas con el mate que siempre nos precedía en el beso dual que compartíamos, sabiendo que en pocos minutos al sonido de la lluvia beberiamos del anochecer entre las sábanas.Era un ritual que repetíamos.Y si no te buscaba lo hacías vos, arrancándome de la noche entre sueños, bebiendote mi cuerpo de a sorbos, mordiendome los dedos, deseandome como el vaso de agua fría que bebíamos siempre después de habernos entregado al fuego.
Me pedías que dibujara en tu espalda y yo desde lo alto me memorizé cada lunar que te adornaba.Sabia sin mirarte el dibujo de los músculos, la sonrisa que ocultabas boca abajo contra al almohada, el revuelto castaño de tu pelo, tus claros ojos entreabiertos.
Nos relamíamos en el mismo instinto felino, descansábamos para luego volver a saciarnos con febril apetito.Y eso era nuestro, y era lógico y también efímero.
Después vino el tiempo, y el tiempo nos trajo la costumbre.Y ya no nos esperamos.
Y falto la duda, la incógnita, las ganas de dibujar con el dedo, nos falto el vértigo.Se acabaron las ganas, se agrandaron los silencios, se nos cayó encima un muerto.
Y volvieron las tardes presas del viento, y yo seguí mi camino que antes hice tantas veces al revés…
No me dijiste nada, yo tampoco lo hice.No nos hizo falta.
Sé que mañana tus lunares volverán a mis dedos,mientras reirás ahogado por el recuerdo…rumiando los retazos de piel que entre tus sábanas dejé…

L.