Su fantasma de dedos transparentes y dolientes aun recorren mi cuerpo.
Dije:
No vas a volver a este espacio que ya ocupaste
ya lo renté al mejor postor
y los besos que olvidaste
los guarde y los cubri de polvo
junto con el roce de tu nariz
que marcaba surcos en mi pecho.
El sopló fuerte enmudeciendome
y penetrandome firmemente se apoderó de mí.
Ahora mis dedos son los suyos.
Volví.
1 comentario:
Certera L. Certera y sangrante.
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