La soledad me hizo daño
y el amor me hizo más tuya.
Divago por ensueños de cuerpos,
en cálidas noches de desvelo
Esperando por algún asombro,
sosteniendo estrellas en el cielo.
Pero no me atrevo siquiera a tocar
nada que no sea tu piel azul ultramar
Se hiere mi cuerpo febril y turgente
si son otros besos los que me han de matar.
Espero el milagro rezando tu nombre
sosteniendo medallas que brillan en esta oscuridad,
y reservo mi cuerpo para tu cuerpo,
reservo mi alma para tu sacrificio, en este ritual.
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