Me llamaste dos mil tres latidos por minuto dijiste timidamente: hola y en mi cuerpo miles de bombas nucleares estallaron en soles de colores. Estoy frente al obelisco - dijiste. Y en mi mente una película v8 se detuvo en el plano de tus ojos que miraban a través del cristal y decían mucho más que mil palabras. Dos mil tres ganas de abrazarte dos mil tres ganas de pedir que me llevaras dos mil tres ganas de besarte sin palabras. En una vieja caja encontré dos mil tres cosas tuyas y supe que ese instante fue la fecha de mi comienzo. Dos mil tres años con vos Dos mil tres años compartiendo dos mil tres años que te quiero... Dos mil trece años que todavía espero.
La soledad me hizo daño y el amor me hizo más tuya. Divago por ensueños de cuerpos, en cálidas noches de desvelo Esperando por algún asombro, sosteniendo estrellas en el cielo. Pero no me atrevo siquiera a tocar nada que no sea tu piel azul ultramar Se hiere mi cuerpo febril y turgente si son otros besos los que me han de matar. Espero el milagro rezando tu nombre sosteniendo medallas que brillan en esta oscuridad, y reservo mi cuerpo para tu cuerpo, reservo mi alma para tu sacrificio, en este ritual.
viernes, 10 de mayo de 2013
Anestesiada: el reflejo del trago no deja rastro, en mi boca sin sentido ya no quedan latidos, y un hueco siniestro y perfecto se acrecienta en mi vientre oscuro y silencioso.
Diría: Acaso hubo alguna vez algo? Un intento, un silencio, un milagro? Pero no hay ecos ni mensajes en mi puerta que me lleven un atisbo de una respuesta.