Viniste con la noche
casi por casualidad
caíste en mi cuerpo
morí en tus labios
y un sin fin de mareos
nos arrinconaron acá.
Tu voz tan deseada
susurra en mi vida
todos los sinónimos
de que no estarás.
Me duelen las manos
no puedo pensar
no puedo pensar
me muero en las sombras
intentando recrear
madrugadas de fuego
mientras te vas.
L.
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