sábado, 26 de julio de 2008

Chuchina


Recuerdo perfectamente el día que la conocí, era una siesta de enero abrazada en calor y fuego.Venia en compañía de otros perros inspeccionando todo con desconfianza huidiza.

Me enamore al verla y por su traza desaliñada , esquelética adiviné que no tenia dueño y que la calle era el único lugar que tenia.Fue una odisea muy cómica la que pase para ganarme su confianza, platitos con agua en la puerta del negocio donde trabajaba y alimento para cachorros fueron el nexo que nos conectaba, y paso mucho tiempo hasta que me dejó acariciarla.No era de raza pura, su mamá era una fox terrier y había heredado las cejas, el bigote y el pequeño tamaño que presumía altanera.
En unas semanas y ya haciendo migas la adoptamos en casa.Anécdotas hermosas y graciosas, que nos involucran a todos en mi familia, vinieron de la mano de la primera vez que la bañamos para sacarle tremendas pulgas, y todas las que siguieron con el pasar de los años que nos la dejaron tenerla como una amiga fiel y compañera.

Aunque un ángel de oscuro manto se haya robado tu brillo y haya cerrado tus ojitos y aunque no pueda evitar estas lágrimas que mojan estas palabras, siempre que te recuerde será aquel sol de enero el que iluminará la alegria de cada encuentro, la comunión de los platitos de agua y de nuestros momentos.

Hasta siempre amiga.

L.
(la foto es simbólica, aunque la cachorra de la foto es igual a mi querida amiga)

1 comentario:

dijo...

Comprendo el dolor que sentís.
Son amigos, compañeros, seres sin maldad, seres que jamás te dejan, que jamás traicionan....
Chuchina está en el cielo...
Un abrazo gigante...